Hay que dejar siempre una ventana abierta.

Tuve una época oscura muy luminosa. Antes de conocer a Poroto nos encerrabamos en su casa a armar carreres monumentales, pero el nunca supo. En esa época estaba abandonada y nos metiamos por una ventana que logramos dejar abierta. Era un lugar absurdo para dejar la grande. En esa época jugaba a ser relacionador público y me dio por juntar colegios para armar grupos nuevos de amigos aunque sin un éxito realmente remarcable, salvo haberles conseguido pololas «extranjeras» a todos mis amigos. Digo sin éxito, porque esa casa fue el escenario de batalla mas insensato desde la firma del último tratado de paz. No lo digo en broma, porque en ese momento no sabía que se convertiría en «una casa de Pablov».

Noventa personas se jugaban la vida por esa casa. Por un lado, una turba de anormales que la atacaban desde el camino lanzando todos los tamaños de piedra susceptibles de caber en una mano, y por el otro los defensores que se las arreglaban de vuelta tirándoles jarrones, platos, vasos, adornos o lo que pillaran. No se si hubiera sido conveniente para ninguna de las partes implicadas que aparecieran los pacos, porque hubieran tenido que meternos a todos presos o por lo menos a los que hubieran podido agarrar adentro del bosque. Además era un asunto que hubieran tenido que derivar a los milicos.

En esa casa se disolvieron todas las leyes de este mundo. Tanto las físicas como las espirituales. Entrando a esa parcela, no existía nada que no estuviese permitido.

Fue así como metimos la Ouija.

Durante un periodo de tiempo indeterminado, fuimos armando varias sesiones de espiritismo en la casa. Como no había luz, nos teníamos que conformar con velas y no puedo mas que alabar mi estupidez al recordar esa penumbra siniestra y voraz que nos invadía agresiva atrás de nuestras espaldas, mientras un objeto mágico se deslizaba casi con voluntad propia sobre un tablero marcado. Sentados en triángulo en el suelo del segundo piso, bailabamos sincronizados al ritmo del dedo en el disco que marca el juego, y no es justo pensar que son ilusiones que provoca la mente, porque la idea del truco no es hacer que el disco se mueva.

La idea es que el disco no se escape.

Y creeme bello especimen mortal, que por mucho que lo he intentado, jamas he conseguido desarrollar el hermoso arte de la Telekinesia.  En una época en la que yo pensaba convertirme en publicista, me enteré que en realidad me convertiría en veterinario y aunque puede objetarse en mil formas diferentes tamaña premonición, mucho mas difícil de explicar es que yo me enterase con exactitud y con tres años de anticipación, el puntaje que sacaría en la prueba para entrar a la universidad.

El juego era de una amiga que todavía no lo era, quien se convirtió casualmente en mi madrina de la universidad. Cerramos el contrato parados arriba de una mesa tomándonos una piscola de un litro al seco, mientras la multitud que ya lo había hecho vomitaba su incomprensible alegría con la ropa manchada de comida mal digerida y bostas de vaca. Ella murió poco después.

En la caja estaba escrito «Diviertete con tus amigos invocando al mas allá», como si fuera un juego que justamente se vendía en las librerías junto con el Ludo y La Gran Capital. Nos amaneciamos buscando respuestas a las preguntas que en ese momento tenían para nosotros una relevancia particular. A veces las conversaciones con el mas allá se tornaban violentas y agresivas, llenas de promesas de odio y amenazas diabólicas por cumplir en el otro mundo y era un desafío medio sobrenatural intentar defenderse de un espíritu claramente enchuchado.

Fue un alma buena quien nos pidió dejar el juego.. Acostumbrados a las amenazas y maldiciones violentas, nos sorprendimos del cariño con el que nos trataba de comunicar el sufrimiento infinito de tratar de ver su propio cielo y no tener permiso para entrar. Dejamos la Ouija como uno deja de jugar con fuego cuando lo recomienda un quemado. En esa época no sabíamos lo que hacíamos, no cachábamos na, así que hicimos el trato de no volver a jugar.

Últimamente la Ouija se viene acercando de nuevo a mi vida. La veo de lejos asomarse. Las cosas han cambiado y está todo mucho mas claro para volver a preguntar. La Ouija Viene de a poco preguntando por la posibilidad de volver, y aunque no le voy a poner demasiada energía en que aparezca,  si tiene que volver…

… le voy a dejar una ventana abierta para que pueda entrar.

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Anónimo dice:

    No te metas en wuaes – De a los muertos en paz

¿Tienes algo para decirme?