The Shining, o el resplandor para los menos puristas.

Considerando que hoy fue en mi casa un día de primeras veces, aproveché la oportunidad de ver con mi prima The Shining, o «El Resplandor» para los menos puristas, como dice mi titulo, aquí dos lineas mas arriba. Debo ser sincero al admitir que yo sabía que era una de las grandes películas del cine, pero acerca de ella yo no sabía nada mas.

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Todo sabemos que el tipo se vuelve loco, y que intenta matar a su mujer y a su hijo, pero pocos sabemos que aparentemente su mujer y su hijo sobreviven al escaparse del hotel en el que viven. Ahora bien, considerando que eso no es lo mas importante, me di la libertad de contarte esa parte tan poco relevante.

La idea de la película centralmente está basada en la necesidad de contratar una persona y su familia para que se haga cargo de un hotel en la montaña por varios meses, mientras dura el invierno. Esto podría llegar a parecer aburridísimo y te sientas obligado a agregar fantasmas y zombies jamaicanos, pero el factor mental se basta por si mismo, y otorga todo el poder en esta secuencia.

Convierte el miedo en algo probable.

Kubrick supo hacer buen uso de este recurso, y nos regaló un dinamismo de imagen para presentarnos el infinito espacio de este hotel «embrujado». Para eso se valió de la recién inventada steadicam y le pidió a su mismo creador que deslizara la cámara a través de los distintos planos de movimiento. Este invento hizo probablemente la primera representación continua de una cámara en movimiento con suavidad estética mientras corría detrás de un niño con la cámara montada en una silla de ruedas.

Con la actitud de la cámara, el crea atención y sorpresa. Utilizándola para generar la intención de observación paranoica en quien ve los hechos como un espectador. Tiene tan claro el rol de la cámara, que le da una una personalidad casi real, tomando una actitud y una voluntad que nos conecta en la realidad de observar los hechos de cerca. Es esta misma fuerza la que se ve claramente en el poder de los personajes. No dejan ninguna duda acerca de la realidad: Hay rabia real, como real es el miedo.

Kubrick lo hizo, consiguió encerrarnos en un hotel con un asesino.

No solo a nosotros, porque Kubrick también consciente del tremendo impacto de tener que someter a un actor a construir esa historia, se las arregló para que el niño nunca se diera cuenta de que estaba pasando realmente con la película: Danny Lloyd, supo recién a sus 17 años de qué trataba realmente la película en la que había actuado.

Aparentemente no fue fácil crear toda la atmósfera, si consideramos que Jack Nicholson dejó de leer el guión y se contentó con leer solo las nuevas paginas que le llegaban, debido a la enorme cantidad de cambios que se hacían diariamente según avanzaba la producción.

A modo de conclusión, etérea, sin historia ni audio, solo la simetría que genera en todos sus planos es tan sorprendentemente atractiva, que te podría permitir disfrutar una composición armónica y altamente intuitiva durante toda la duración de la película. Su insípida lentitud inicial es necesaria para darnos tiempo a introducirnos en esa atmósfera de aislamiento. Eso de que haya sido catalogada como una de las mejores películas de terror de todos los tiempos, algo tendrá para ver que valga la pena.

«Ya no se hacen películas como éstas».

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